SAN PEDRO DE MACORÍS, R.D. (viprensa).- “Hasta los
países más pobres tienen espacio fiscal para extender la protección
social. Los gobiernos deben explorar activamente todas las opciones
de financiación posibles para lograr los ODS y el desarrollo
nacional a través del empleo decente y la protección social.” Isabel
Ortiz
Unos 4100 millones de personas carecen de cualquier tipo de
protección social, según un nuevo informe publicado este miércoles
por la Organización Internacional del Trabajo. La abultada cifra
todavía es más llamativa si se tiene en cuenta que la pandemia del
coronavirus ha provocado una expansión sin precedentes de la
ampliación de la cobertura social.
El análisis prueba que la respuesta a la COVID-19 “fue desigual e
insuficiente”, que no hizo más que aumentar la distancia entre los
países de altos y bajos ingresos, y que no logró ofrecer la
protección social indispensable todos los seres humanos merecen.
Las medidas que la agencia de la ONU considera como protección
social incluyen el acceso a la atención médica y a la percepción de
ingresos en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, accidente
laboral, maternidad o pérdida del principal generador de ingresos de
la familia, así como para las familias con hijos.
El director general de la Organización considera que los países “se
encuentran en una encrucijada” ya que la respuesta a la pandemia
representa el momento idóneo para armar una nueva generación de
sistemas de protección social fundamentados en los derechos.
“Estos sistemas pueden proteger a las personas de futuras crisis y
dar a los trabajadores y a las empresas la seguridad para enfrentar
las múltiples transiciones que se avecinan con confianza y esperanza.
Debemos reconocer que una protección social eficaz y completa no
sólo es esencial para la justicia social y el trabajo decente sino
también para la creación de un futuro sostenible y resiliente”.
El informe resalta las amplias diferencias regionales en materia de
protección social. Así, mientras Europa, Asia Central y América
poseen las tasas de cobertura más altas -84% en los dos primeros
casos y 64,3% en el tercero-, Asia y el Pacífico, los Estados Árabes
y África cuentan con las más bajas – 44%, 40% y 17,4%,
respectivamente-.
La gran mayoría de los niños son uno de los grupos poblacionales con
menores prestaciones sociales -26,4%-, en tanto que la prestación de
maternidad en efectivo solo alcanza al 45% de las madres. A su vez,
sólo una de cada tres personas con discapacidad grave en el mundo
-33,5%- percibe una prestación por invalidez.
La cobertura de las prestaciones de desempleo es todavía más baja ya
que sólo el 18,6% de los trabajadores desempleados de todo el mundo
poseen cobertura. Ante estas cifras, la OIT pone el foco en el gasto
público en protección social que realizan los diferentes países y
que, apunta, «también varía de manera significativa».
En promedio, los países destinan el 12,8% de su producto interior
bruto (PIB) a estas prestaciones (excluyendo la salud). En este
sentido, apunta que aquellos con ingresos más altos alcanzan hasta
el 16,4% de inversión, mientras que los que los más bajos no superan
el 1,1%.
Según la OIT, a fin de garantizar al menos una cobertura de
protección social básica, los países de bajos ingresos deberían
invertir 77.900 millones de dólares adicionales al año; los países
de ingresos medios-bajos, 362.900 millones de dólares adicionales al
año; y los países de ingresos medios-altos, 750.800 millones de
dólares adicionales al año. Esto equivale respectivamente al 15,9%;
5,1% y 3,1% de su PIB, respectivamente.
El director general de la OIT, Guy Ryder, ha explicado que este es
un momento propicio para utilizar la respuesta a la pandemia a fin
de construir una nueva generación de sistemas de protección social
basados en los derechos» y ha pedido que estos sistemas protejan a
las personas de futuras crisis.
También ha reclamado que se dé a los trabajadores y a las empresas
la seguridad para enfrentar las múltiples transiciones que se
avecinan con confianza y esperanza. Debemos reconocer que una
protección social eficaz y completa no solo es esencial para la
justicia social y el trabajo decente, sino también para la creación
de un futuro sostenible y resiliente
Para construir sistemas capaces de obtener resultados positivos,
será necesario combinar los recursos financieros y una mayor
solidaridad internacional, sobre todo, en apoyo de los países más
pobres. Pero los beneficios del éxito superarán las fronteras
nacionales en beneficio de todos, comento Shahra Razavi.
“La falta de protección social deja a las personas vulnerables a las
enfermedades, la pobreza, la desigualdad y la exclusión social a lo
largo de su ciclo de vida. Negar este derecho humano a 4.000
millones de personas en el mundo constituye un gran obstáculo para
el desarrollo social y económico. Si bien numerosos países han
realizado importantes progresos en el fortalecimiento de sus
sistemas de protección social, todavía es necesario realizar grandes
esfuerzos a fin de garantizar que el derecho a la protección social
sea una realidad para todos.” Guy Ryder.
Dr. Amín Cruz, PhD, diplomático, historiador, educador, periodista,
escritor, CEO presidente fundador del Congreso Hispanoamericano de
Prensa, Padre embajador del Periodismo Latinoamericano, residente en
New York.
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