SAN PEDRO DE MACORÍS, R.D. (VI).- No es una nueva
conducta social, festiva, dicharachera. Estamos teteando hace más de
527 años en toda la geografía taina, como sucedió en el asentamiento
taino que existió donde hoy se encuentra sembrada la Catedral
Primada de América.
El areito de ayer, al igual que el teteo de hoy, adoptaba diferentes
manifestaciones: aniversarios, ascensos, bodas, profecías, cerveza,
fiestas, alucinógenas…
Excepto “…Los areitos dedicados a los cemíes no estaban
acompañados de bebidas…”. Roberto Cassa. Los tainos de la
Española. UASD. 1974. P. 175.
El areito se teteaba al ritmo de cantos bailados y fraseados
coralmente, al compás de maracas de madera o de higüeros, tamboras
de tronco ahuecado colocado en el suelo golpeado con un mazo,
fotutos o trompetas de caracol, flautas de cañas o huesos.
Si observamos las pictografías tainas en sus corrales ceremoniales,
su agrupamiento es el teteo de hoy. Cada cultura posee nuevas formas
de expresión que en determinadas circunstancias nacen, crecen, se
marchitan y, en ocasiones, vuelven. Como el teteo.
Es mi amigo Marcel Proust, con una macita untada de té en las manos,
el que me dice en su novela maestra, sobre la memoria y la búsqueda
del tiempo perdido, primera parte, Por el camino de Swann “…el
recuerdo de cierta imagen no es más que la añoranza de…caminos…fugitivos
como los años…”.
Tainos y tainas se ripiaban voluptuosamente la cintura para
ripiar el perico.
Hacían figuras con el cuerpo, vestidos con su mejor vestido de gran
belleza, adornándose con sartas de caracoles y semillas, cuya
sonoridad ayudaba a mantener el ritmo del baile y del teteo.
En el rito cohobal
Se buscaba la sintonía con mensajes cemíticos esnifando polvos
alucinógenos, uno de esos polvos era el tabaco (voz taina) en forma
de rapé “…bien secos…y bien molidas…”, dice Las Casas
de Bartolomé, otrora judío converso, encomendero, inquisidor
arrepentido.
Estos polvos se hacían con majadores líticos de la cultura taina,
bien esculpidos en forma humana o de animales, que le imprimían un
carácter ceremonial mítico al momento de pulverizar las semillas.
Los cemíes eran manifestaciones simbólicas que transmitían conceptos
profundos “…que están más allá de la mente consciente…”.
Carl G. Jung. El hombre y sus simboles. Madrid. 1974. Esa extraña
línea de pensamiento es coincidente con las deidades que transmiten
lenguajes simbólicos a través de imágenes alegóricas, que conectan
con los atributos inherentes a los dioses.
Algunos de esos polvos alucinógenos, sus agentes químicos crean en
el ojo lo que los fisiólogos llaman “fosfenos” provocando visiones
por un largo período.
La fábrica de Cerveza marca Taina.
“…que emborrachaba más que el vino de Castilla…”, tal
vez, imitando a Noé
-labrador de viña- el primer borracho de la historia universal,
que embriagado, quedó desnudo en medio de su tienda. Sem y Jafet
cubrieron a su padre con el manto de la vergüenza. La vergüenza de
la bebida comienza con su descubrimiento.
A pesar, de que la Biblia celebra a Noé antes de condenarlo. En las
culturas primitivas el ser buscaba experiencias sobre naturales y el
alcohol se constituyó en un rito sagrado porque la cerveza, el vino,
le brindaba fuerzas vitales que le hacía creer conexiones con el
poder de un Dios, intentando escapar del correr del tiempo… Ya
Isaías 28 había dicho “…Ay de la pretenciosa corona de los
borrachos…sacerdotes y profetas…aturdidos por vinos y cervezas…”.
Es una ironía del devenir cultural de la historia que siempre ha
necesitado de sus tragos. Alcohol es un vocablo árabe -alkuhl, metal
tóxico antimonio- y a los árabes se les prohíben las bebidas
alcohólicas.
“…Si bien es cierto que en el período prehispánico de nuestra
historia no existían ni aguardiente ni ron, ya que nuestros
aborígenes no conocieron el cultivo de la caña de azúcar, sí hubo
otras bebidas…”. José Chez Checo. El ron en la historia
dominicana. Tomo I. Amigo del hogar. 1988. P. 121
“…Los aborígenes de las Antillas elaboraban un tipo de cerveza
a base de procedimiento de yuca y de maíz…la cerveza dejó de ser
elaboraba por los aborígenes tiempo después de la conquista de
España, por pérdida de tradiciones culturales prehispánicas entre
los nacidos tras la conquista española…”. Roberto Cassa.
Historia de la cerveza en R. D. Colección Grupo E. León Jimenes.
2003. P. 2.
Girolam Benzoni, afirma en “La historia del Nuevo Mundo”.
Venecia. 1565, que “…las mujeres tainas masticaban el maíz y
tras triturarlo y formar una especie viscosa, lo escupían en un
plato u hoja, de donde era trasvasado a una tinaja en la que se
mezclaba con otros ingredientes…”. Esta versión fue
insertada por Samuel Hazard en su libro “Santo Domingo, su pasado y
presente”. 1974. P. 13-14.
El almidón de cereales como el maíz se podía convertir en alcohol
masticando y escupiendo la pulpa del cereal en agua. La amilasa de
la saliva convierte el almidón en azúcar. La saliva es agua y sales
minerales como iones de sodio, potasio, cloruro, bicarbonato y
fosfatos. Los iones cloruro activan la amilasa salival o ptialina,
mientras que los bicarbonatos y fosfatos neutralizan el PH de los
alimentos ácidos y evitan la corrosión bacteriana. La ptialina es
una amilasa que hidroliza el almidón ya en la boca.
René Réamur (1683-1753) y Lázaro Spallanzani (1729-1799)
precisaron la actividad digestiva del jugo gástrico o de la saliva,
mucho antes de que el fenómeno de la catálisis -enzimas- fuese
reconocido. El conocimiento de las enzimas condujo a la fermentación
alcohólica. El análisis genómico del sarro de los tainos demuestra
los alcances de esta fermentación…y preparación de bebidas diversas
de los recursos disponibles.
Las mujeres tainas responsables de la siembra y cosecha agrícola, al
igual que las otras mujeres de la prehistoria, tenían brazos y
piernas más fuertes que los hombres. Tuvieron un papel crucial en
las tareas agrícolas tainas. “…Fue la mujer la que inventó la
agricultura…”. Karin Bojs, periodista científica me llamó
para decirme lee en mi libro “…como inventamos la agricultura
para fabricar cerveza...el alcohol fue la motivación poderosa para
el impulso de la agricultura…la agricultura le debe mucho a las
grandes fiestas y a la cerveza…”.
El teteo le encandilaba sus “habilidades cognitivas”.
El teteo, a través del areito, le encandilaba a tainos y tainas sus
“…habilidades cognitivas sin la cronicidad del estrés y sin daños
al núcleo ventral del tallo cerebral y el núcleo Accumbers, sobre
áreas profundas del placer y de la alegría…”. La fiesta duraba
horas y horas en el marco de una sociedad productiva, de solidaridad
social y cooperativista, de tendencias asociativas, que amanecía
hasta que acababa en postración. “…de forma que la misma
borrachera es la que le da conclusión al areito…”. Chez
Checo Op. Cit. P. 122.
Esta historia nunca se aclara ni con el olvido ni con el silencio.
Camarada Pablo Neruda.
Antes, el jefe, el tequina, hacía el elogio del cacique o proponía
aspectos de interés para la sociedad taina y se aseguraba de
alimentar la memoria para que el pasado no se escondiera de sí mismo
y le diera cabida al olvido, porque esta historia de siglos, no se
aclara nunca con el olvido ni con el silencio.
“…El areito era un ejercicio agradable para mantener la
memoria de la sociedad taina, las leyendas, el pasado, la historia,
las tradiciones…era fiesta y canción, baile y rito al mismo tiempo…”.
Marcio Veloz Maggiolo. Arqueología prehistórica de Santo Domingo. P.
224.
En el areito los tainos transmitían el relato de sus narrativas
forjando la figura, la leyenda de un Dios creado en su cerebro para
que habitara profundamente inexistente en un cielo infinitamente
azul en las alturas. Y las imagenerías de los poderosos cemíes (espíritu)
ancestros como el Yucahuamá, quien reveló que “…una gente vestida
(colonización)…que los habría de dominar y matar…y que morirían de
hambre…”.
527 años después, sería agradable preguntarle a don Bartolomé
Colón, a través del celular.
¿Cómo fue el teteo que se produjo en el areito que la hermosa
y bien dotada Cacica Anacaona y acompañantes, le celebraron a usted
cuando se presentó en Jaragua en un ambiente de “Arcadia Feliz”?
Anacaona, viuda y “desnuda como venus sobre espuma…”, la
primera mujer presidente de dos cacicazgos, diplomática y
compositora de canciones, exhibía un bello lugar silvestre perdido
entre los hondos senderos de su oscuro objeto del deseo.
La Cerveza marca Taina.
Bartolomé, alabando el verdadero sabor de la Cerveza marca Taina y
al ritmo festivo de la partitura musical y del teteo sintió que se
le activó el “núcleo ventral del tallo cerebral”, cuando
grandes pedazos de llamas y emociones incendiaban su falo erguido
que, a cadencia furtiva, jadeante y presuroso, lo cobijó en el
cobijo oscuro de aquel objeto del deseo.
La abundante escasez de vestuario de la imponente Anacaona.
Le produjo a Bartolomé una emocionante vergüenza libida que le
estremeció la amígdala, que forma junto al hipocampo, el sistema
límbico del cerebro el área más vieja del cerebro frontal,
relacionada con las emociones.
Cuando el cerebro de Bartolomé fotografió la figura sensual de
Anacaona, dos zonas de su cerebro, la corteza cingular anterior y la
amígdala se iluminaron con optimismo y le sonrieron a su tallo
cerebral.
Más de 527 años después de ese teteo en el encuentro de Anacaona y
Bartolomé, aun se escuchan, muy quedamente, los quejidos de placer
parecidos a los del sonido del saxofón.
Es que Bartolomé quedó saciado, encantado, lleno de alegría…y
Anacaona también suspirando de placer.
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