(VIPRENSA).-
Partiendo del concepto de que la gobernanza está
basada en la interrelación equilibrada del Estado,
la sociedad civil y el mercado para lograr un
desarrollo económico, social e institucional
estable. La planificación, ejecución, control y
transparencia. Así como el desarrollo continuo del
equipo de apoyo. Son elementos esenciales para una
gobernanza empresarial fuerte y efectiva. Esta debe
garantizar que cada parte puesta en marcha sus
actividades sean de forma responsable, teniendo en
cuenta sus papeles y obligaciones. Esencialmente,
esto permite que toda la empresa trabaje con un
mayor grado de eficiencia, rendimiento y, por
supuesto, responsabilidad, articulando de manera
efectiva la interacción entre todas las áreas de
responsabilidad.
La forma como una organización gestiona sus procesos
para buscar el éxito empresarial, que incluye
costumbres, valores, políticas, normas e
instituciones. Constituye una buena gobernanza
empresarial, porque con esa efectiva articulación
ayuda a identificar y gestionar los riesgos.
Prevenir la obsolescencia empresarial de
herramientas o materiales que dejan de utilizarse y
que son sustituidos por otros más modernos o
potentes, la caída en desuso de máquinas, equipos y
tecnologías motivada no por un mal funcionamiento
del mismo, sino por un insuficiente desempeño de sus
funciones en comparación con las nuevas tecnologías
introducidos en el mercado.
El modelo corporativo de las empresas. Caracterizado
por un mayor grado de cooperación e interacción
entre el Estado y los actores no estatales en el
interior de redes de decisiones mixtas públicas y
privadas. La sociedad y la unidad singular económica
que es la empresa. Este modelo está llamado a
generar equilibrio en el ejercicio del poder
político derivado de la solución de demandas
sociales y la capacidad de los gobiernos de atender
éstas de forma eficaz, estable y legítima. Destaca
la fortificación de la alianza público-privada APP.
El gran desafío de las MiPymes. Es implementar una
adecuada cultura de calidad en los procesos de
elaboración de sus productos, es el cardinal desafío
que enfrentan las micro, pequeñas y medianas
empresas (MiPymes) con potencial exportador en
cualquier renglón que se desarrolle, pues este es el
aspecto más valorado por los organismos de comercio
internacional y hasta en el mercado local su peso es
de un valor extraordinario. Son mayoría en todos los
sectores productivos. Con el 98% del total de
empresas y más de dos millones de empleos en la
economía nacional, equivalente al 56.7% de la
población ocupada del mercado laboral y un aporte de
38.6% del producto bruto interno (PIB). Las
estadísticas les atribuyen el 14.3% de las
exportaciones totales.
Los plazos de entrega y la calidad del producto son
reconocidos como los factores que más inciden en las
oportunidades de crecimiento del volumen de
exportación de las empresas. Conocer las normas de
calidad es la tarea que podría marcar la diferencia
a la hora de trascender las fronteras y competir en
cualquier mercado, sin embargo, según estudio y
empresas encuestadas, solo el 42% utiliza la guía
del Sistema de Gestión de la Calidad (ISO-9000),
Para elevar la competitividad de las empresas
MiPymes, tanto para el comercio local como para su
inserción en los mercados internacionales es
imprescindible que sus gestores se informen sobre
las ventajas y beneficios que obtendrán al
certificarse con las normas de gestión de la
calidad.
Los cinco (5) tratados de comercio internacionales
de los cuales Rep. Dom., es signataria permiten el
acceso a cuarenta y nueve (49) mercados
internacionales. Para las empresas con vocación
exportadora. Los tres principales desafíos que
enfrentan son: reducir costos mediante la mejora de
la gestión y aumento de la eficiencia, elevar la
productividad de sus procesos, y ofrecer un nivel de
calidad igual o superior a sus competidores. La
obtención de certificación internacional de
cumplimiento de normas técnicas, sanitarias y
fitosanitarias eleva las oportunidades para
competir.
En base a un entorno muy dinámico sujeto a
conflictos sociopolíticos es la digitalización de
las pymes puesta en valor mediante una estrategia
corporativa, de forma paulatina, la que facilitará
esta adaptación. En dicho proceso de adaptación, las
pymes se encontrarán con soluciones tecnológicas que
han quedado obsoletas. Incorporar nuevas tecnologías
en la empresa supone, en la mayoría de los casos, un
gran desembolso económico. Aun así, hay que tener en
cuenta el retorno de la inversión que puede
producirse en el corto y mediano plazo.
Las pymes pueden hacer frente a la obsolescencia
empresarial mediante el uso de las nuevas
tecnologías, donde éstas suponen algunos retos a
nivel empresarial, donde la formación a los
empleados se hace necesaria para dicha adaptación,
ya que sin ésta resultará un freno, al que hay que
añadir la gestión del cambio. Se trata de realizar
un “Análisis FODA” de la situación en la que se
encuentra la empresa y da un primer paso. La actitud
y la constancia son dos de los principales valores
que ayudarán a salir del camino que conduce hacia la
obsolescencia.
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